lunes, 2 de junio de 2008

La casa

Íbamos caminando toda la familia, incluyendo a nuestra mascota que es un perro llamado Chuletas, cuando vimos un museo, entonces todos entraron menos yo que me quedé cuidando a Chuletas. Mi perro y yo dimos la vuelta a la cuadra y cuando regresamos ya no estaba el museo, sólo había una casa, muy bonita por cierto. Yo me puse a gritar pero nadie contestaba, el portón estaba entreabierto, mi perro aullaba porque no quería entrar y ahí se quedó acostado y chillando. Entonces entré y había un cartel que decía “te buscamos”, lo analicé y me fijé que señalaba hacia el fondo de la casa. Fui hacia ahí y subí unas escaleras. Arriba había una cama donde se encontraba una mesita de servicio. Empecé a caminar y encontré un baño, la puerta estaba abierta completamente, la cortina del baño estaba cerrada, la abrí y había un enorme oso bañado en sangre. Le pregunté qué había hecho y me dijo: Comí carne. Y le pregunté “¿De qué carne?”. Y me dijo “de res” y me empecé a reír. Entonces le pregunté si había visto a mi familia. Me dijo que no, pero me miró diciendo “Todavía tengo hambre.” Y entonces le dije: Yo no soy res. Y me fui de ahí cerrando de nuevo la cortina del baño. Salí de ahí bajando las escaleras y entonces encontré un carro de color morado que estaba en el patio de la casa, a ese carro no lo había visto cuando llegué. Adentro del auto vi unas personas. Mi perro seguía chillando…

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